lunes, 3 de octubre de 2016

Referentes

  Me enteré de la existencia de Fluxus en la cátedra de Teoría e Historia de las Artes Combinadas en 2014. Entonces me sentí identificado con sus propuestas conceptuales, además de que disfrutaba la estética de sus trabajos. Estoy de acuerdo con la desmitificación y desprofesionalización del artista, y con la idea de que cualquier objeto puede ser arte, lo que lleva a una disolución entre arte y vida cotidiana. Como menciono en mi statement, considero que la distinción entre arte, vida cotidiana, filosofía, política, moral, religión, etc., no existe en la práctica real de la existencia humana, sino sólo como etiquetas conceptuales que pueden ser muy útiles a la hora de analizar determinados fenómenos, pero que a la vez nos fragmenta como sociedad y separa también nuestras prácticas. Para mí, hay un tinte de cada disciplina en cada una de nuestras acciones.
  También me gusta mucho lo concreto y simple de las obras propuestas por Fluxus, cómo se pueden generar interpretaciones muy ricas y complejas combinando una cantidad muy acotada de objetos, y encima, que esos objetos sean de una existencia tan trivial, como lo serían una escalera, una cadenita y una lupa, por poner de ejemplo la obra Yes! de Yoko Ono. Para mí es una obra que en toda su simplicidad permitiría escribir páginas enteras: tener que subir una escalera y utilizar una lupa para poder notar la existencia de un pequeño en las alturas es algo que invita a hablar y reflexionar en abundancia. Además, si a eso se le agrega un poco de humor (recurso también propuesto por Fluxus), siento que las obras (y los artistas) pueden acercarse mucho más al público. Creo que si algo me causa risa o gracia, lo comprendo, incluso si no sé muy bien por qué estoy riendo; y si comprendo algo, puedo sentirme identificado con él, y puedo llevarme algo de aquel encuentro.


  Otro rasgo que me atrae de Fluxus es la experimentación, el interés de los artistas de no encerrarse en una sola disciplina, y explorar con libertad diferentes campos que pueden combinarse o no. Hoy se puede hacer una performance, mañana una composición musical, y pasado quizá una combinación de ambas. En la experimentación veo el crecimiento personal, en base al interés por lo otro, por lo aún desconocido. La constante expansión de una zona de confort que se vuelve una plataforma desde la cual saltar, y no una prisión.
  Cito algunas otras obras enmarcadas dentro de Fluxus, que me resultan referenciales por su concretismo, su simpleza, su sentido del humor y su capacidad de generar variadas y extensas interpretaciones:

Questionnaire from Flux Year Box 2, por Benjamin Patterson, 1968

Óptica moderna, por Daniel Spoerri, 1963.

Composición Nº1, de George Brecht, por Nam June Paik.

  Me gustaría citar también un párrafo escrito por Mijaíl Bajtin, en su artículo Arte y Responsabilidad, en el cual dice: "Un poeta debe recordar que su poesía es la culpable de la trivialidad de la vida, y el hombre en la vida ha de saber que su falta de exigencia y de seriedad en sus problemas existenciales son los culpables de la esterilidad en el arte."
  Si bien Bajtin propone claramente una distinción entre arte y vida al hablar de esta forma, comparto su postura de una vida trivial y un arte estéril. Si mi vida es trivial quizá sea porque la estoy separando del arte, y de la moral, y de la filosofía, y de la religión, y de la ciencia, cuando ella es todo eso simultáneamente. Y probablemente no haya nada malo en que mi vida sea trivial. Lo malo es que no me guste que lo sea. Porque no creo en lo bueno en lo malo, sólo en lo que queremos hacer, lo que nos gusta, y lo que no queremos, lo que no nos gusta. En mi caso, prefiero un arte comprometido con todos los aspectos de mi vida, un arte que esté ahí todo el tiempo y que me sirva para estar.
  También me resultan interesantes y ricas las propuestas de aquellos artistas que se enmarcan dentro
de lo denominado artivismo. Se llama de esa manera al arte que persigue claros fines de reflexión social y política, y que por lo general se lleva a cabo en espacios públicos. Me resulta muy atractivo debido a que presentan obras que también son muy concisas (pues tienen como fin ser comprendidas rápidamente por los transeúntes), pero que considero altamente ingeniosas y capaces de llevar a una muy larga reflexión, si como espectadores, y sobre todo como humanos, estamos dispuestos a hacernos preguntas. Además, también suelen manejar una importante dosis de humor, como la obra I Will Talk With Anyone About Anything, de Steve Lammbert (primera imagen a continuación), o Usted Es Feliz del Grupo Grifo, que consiste en una máquina que se instala en algún lugar de la ciudad, y si presionás su botón emite un ticket que certifica tu felicidad.




  A nivel individual, el performer colombiano Fernando Pertuz genera obra que me resulta atractiva, por la simpleza de las mismas y por su manera directa de presentar las problemáticas que desea tratar. No es mi objetivo hacer trabajos crípticos ni rebuscados. Me siento más cómodo en la sencillez y en el "ir directo al grano". Sin embargo, Pertuz está sumamente interesado en la crítica social, y a mí no me interesa tanto hablar de conflictos a nivel nacional o internacional, sino que intento concentrarme en una crítica a mí mismo, en la manera en que mi propia existencia y mis propias acciones pueden repercutir en mi medio social. A continuación el registro de algunas de las performance del artista:







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